José Martí nació en la Habana en 1853. A los 17 años fue exiliado a España por su oposición al régimen colonial. Allí publicó un panfleto exponiendo los horrores de la prisión política en Cuba, que él mismo había experimentado. Al graduarse de la Universidad de Zaragoza, se estableció en la ciudad de México, donde comenzó su carrera literaria. Su objeción a un régimen instalado por un golpe militarlo lo llevó a salir hacia Guatemala, pero los abusos del Gobierno le obligaron a abandonar ese país. En 1878 regresó a Cuba en virtud de una amnistía general, pero él conspiró contra las autoridades españolas y nuevamente fue desterrado. Huyó del exilio en España y llegó a los Estados Unidos. Después de un año en Nueva York fue hacia Venezuela, donde esperaba permanecer, pero otra dictadura le obligó a abandonar a Venezuela. Martí regresa a Nueva York donde vivió entre 1881 y 1895. En ese año, se une a la guerra de independencia cubana que él tan laboriosamente había organizado. Allí murió en una de sus primeras escaramuzas
José Martí es considerado uno de los grandes escritores del mundo hispano. Su importancia para el lector estadounidense, sin embargo, proviene de la universalidad y la intemporalidad de su pensamiento. Martí dedicó su vida a poner fin a la dominación colonial en Cuba y a evitar que la isla cae bajo el control de cualquier país (incluyendo los Estados Unidos), cuyas ideologías políticas fueron contrarios a los principios que ocupó. Con esos objetivos y con la convicción de que la libertad del Caribe era crucial para la seguridad de América Latina y el equilibrio de poder en el mundo, dedicó su talento a la forja de una nación. Así pues, el alcance de su obra: fue un revolucionario, un guía y más importante, un mentor. Su vasta experiencia y educación le permitieron moverse cómodamente en los más diversos campos, que es lo que hace sus enseñanzas tan rico que nos hecho.
En la medida en que Martí cree que la libertad y la justicia deben ser las piedras angulares de cualquier gobierno, uno tiene sólo leer su obra y aprender de la lucha que asumió libremente. Nunca podría aceptar la reducción de la expansión natural del espíritu humano, porque realmente creía que llegaría la redención del hombre a través del amor y la razón sin trabas. Por lo tanto, sus doctrinas son y deben ser, en contradicción con el dogma totalitario que ha existido en Cuba desde su lamentable desaparición.
Todas las enseñanzas de Martí contradicen ese sistema político que nunca falla para demostrar su intolerancia hacia el amor individual de libertad y la de su propia emancipación materialista. Sus escritos condenan todos los regímenes despóticos y el resumen de los derechos humanos. Además, él va a denunciar la falta de espiritualidad y tipo de arrogancia que encontramos en la actual dictadura. Por esta razón, la publicación de ideas de Martí, en toda su fuerza, es de la mayor importancia hoy en día. Sus creencias, que pueden orientar las democracias y si atendido, les ofrecen mayor seguridad, hablan más elocuente contra la apostasía cubana que todas las acusaciones que otros podrían hacer.
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